Las fotografías antiguas son un tesoro. No sólo por su valor histórico, sino también por su valor emocional. Son la congelación de un breve instante en flujo del tiempo que nunca se detiene.
Alguna vez visitando mi abuela, me ha mostrado fotos de familia y amigos que nunca conocí pero que todavía están en su memoria.
Me llama la atención cómo vestían y cómo era antes el mismo lugar donde se sacó la foto que hoy resulta irreconocible.
Me llama la atención cómo vestían y cómo era antes el mismo lugar donde se sacó la foto que hoy resulta irreconocible.
Me da pena ver cómo esas fotos el paso del tiempo deja huella y poco a poco se van deteriorando y estropeando por falta de unas precauciones mínimas.
Voy a dar unos consejos para que estos tesoros perduren el tiempo:
- Buscar un lugar lo fresco y seco posible. El exceso de calor y humedad amarillean rápidamente la foto que degrada y afea la imagen. Así como favorece la proliferación de hongos que descomponen la celulosa del papel.
- Evitar polvo, suciedad y vapores de productos químicos de limpieza. Cuando pintemos en casa debemos prestar especial atención pues los vapores de las pinturas son disolventes que atacan la emulsión fotográfica. Dejan unas manchas horribles.
- Guardar preferentemente en un sitio metálico, pues los muebles de madera suelen tener emanaciones de disolventes y resinas.
- Se debería usar fundas individuales para cada pieza. Es preferible que sea plástico, excepto el PVC pues este último desprende gas cloro.
- No juntar ni amontonar fotos una encima de otra, acaban pegándose.
- Nunca se han de juntar negativos y fotos. Los mismos productos químicos del revelado del negativo, desprenden emanaciones peligrosas para las fotos de papel. Los negativos han de estar herméticamente cerrados. Tener presente que son muy inflamables.
- No escribir en las fotos, pues la tinta se corre. Aunque se escriba en el reverso la tinta con los años puede atravesar el papel y ser visible en el lado de la imagen.
- No usar cintas adhesivas ni pegamentos. El lado adhesivo se acaba descomponiendo, dejando una marca pegajosa y sucia que no se va. El pegamento es peligroso, por los disolventes que lleva.
- ¡No toques con los dedos! La grasa que dejamos al tocar es altamente corrosiva para las emulsiones fotográficas. La fotografías se han de coger por los bordes.
- Limpiar con un trapo muy fino. Hay útiles especiales en tiendas de fotografía.
- No uses ni clips, ni chinchetas, ni nada metálico, pues se oxida y deja una mancha marron que no se puede limpiar.
- Tampoco uses gomas de sujección, éstas se descomponen en una masa pegajosa dificil de retirar.
- Evitar la luz del sol, los rayos ultravioleta de la luz solar afecta muy gravemente.
- Preservar del humo del tabaco pues amarillea el papel.
- Si se exhibe la foto en un portafotos, hay que dejar un pequeño espacio de aire entre la foto y el vidrio, nunca se deben tocar, pues la foto tenderá a pegarse al vidrio.